Diego Rivas, de preparador de porteros a salvador del Arenteiro ante el Dépor en Riazor

cualquiera de los jugadores de su plantilla, pero el halago tras el empate del domingo en Riazor (2-2) tuvo como destinatario a su entrenador de porteros. Un personaje polivalente, del banquillo al césped. Diego Rivas fue reclutado casi a última hora y tuvo que volver a vestirse de corto para ponerse los guantes en el partido ante el Deportivo, en el que tuvo una actuación destacada. No solo evitando que los balones entraran en su marco, también convirtiéndose en protagonista en el gol del empate del conjunto de Carballino , ya en el tiempo de prolongación. Un remate suyo en un córner acabó en las piernas de Manuel Romay, que mandó la pelota a la red silenciando a la afición coruñesa. Rivas, un héroe inesperado. «Han sido días complicados para mí y el míster siempre me ha mostrado su apoyo. Aunque mi estado de forma no sea el mejor, esto es como andar en bicicleta, no se olvida», explicaba el veterano meta, de 37 años, al acabar el duelo en Riazor . Retirado la pasada temporada de los terrenos de juego después de defender al Racing de Ferrol, la reaparición de Diego Rivas como portero es una rocambolesca historia nacida, como informaba ABC, en un cúmulo de carambolas. Noticia Relacionada Fútbol estandar No El gran dilema del Arenteiro: hacer ficha a su preparador de porteros para que juegue ante el Dépor Jorge Abizanda Dos de los tres guardametas del conjunto orensano están lesionados y el tercero está cedido por el club coruñés, al que no quiere pagar la cláusula del miedo para poder contar con él Con Diego García , el habitual titular, lesionado de gravedad en el tendón de Aquiles y Manu Figueroa , tercer meta de la plantilla, también en el dique seco, la opción que le quedaba a Javi Rey era recurrir en Riazor a Pablo Brea , un jugador que llegó cedido el pasado verano desde el Deportivo. Para poder contar con este meta, el club de Carballino estaba obligado a satisfacer la cláusula del miedo que figura en el contrato de cesión, posibilidad descartada finalmente la entidad presidida por Argimiro Mardones por razones económicas. Regreso ante el líder No se pudo fichar de urgencia a ningún portero y el Arenteiro apostaba finalmente por confiar en su entrenador de porteros, al que hizo ficha, para defender el marco en Riazor. Una auténtica papeleta ante el líder del Grupo I de Primera Federación porque el Deportivo, intratable, encadenaba una racha de cinco victorias consecutivas. El conjunto de Carballino, en la temporada de su estreno en la categoría de bronce, parecía una víctima propicia, pero acababa arañando un empate con Diego Rivas, reconocido seguidor del Deportivo, como figura estelar. Aunque encajaba dos tantos (2-0), Diego Rivas tenía una destacada actuación con los guantes y acababa siendo decisivo para que el Arenteiro se marchara de Riazor con un punto en la mochila después de que su compañero Luis Chacón apretara el marcador con el primer gol orensano. Con sus paradas y con una subida al área en el tiempo de prolongación para rematar un córner, un ejercicio de fe con premio. En el minuto 93, el meta se plantaba en el área y, tras el saque de esquina, conectaba su pie con la pelota, que acababa muerta y finalmente era empujada por Manuel Romay, un exdeportivista, al fondo de la red. Empate, jolgorio orensano y Diego Rivas saliendo de Riazor como héroe en una de esas bonitas y curiosas historias que inundan el fútbol de las categorías inferiores. «Bendito partido y bendita experiencia. El fútbol es muy caprichoso y tiene estas cosas. El destino me tenía guardado este partido para mí, creo que me lo merecía. He disfrutado mucho durante todo el partido, y rematarlo así ha sido especial», declaraba a los periodistas Diego Rivas tras el encuentro. El exguardameta coruñés, colgaba los guantes el verano pasado tras conseguir el ascenso a Segunda división con el Racing de Ferrol, aunque también militó en otros conjuntos como el CD Lugo, Elche, Eibar, Tenerife, Guijuelo y Albacete o el Auckland City de Nueva Zelanda.