Ambos mandatarios mantuvieron el lunes su primera conversación telefónica en más de un mes,
en el que la tensión ha alcanzado su cota máxima ante el empeño de Netanyahu de mantener la intensidad de la guerra en Gaza para "destruir a Hamás" y de entrar en Rafah, extremo meridional fronterizo con Egipto donde hay unos 1,4 millones de desplazados, más de la mitad de la población del enclave, y quedan cuatro batallones del grupo islamista.