También hay distintos puntos de vista en cuanto a los tiempos de compra de los libros. Para el Gobierno, cuando llegaron al poder, el proceso venía muy demorado. Desde las editoriales,
por el contrario, afirman que venía avanzado y que, para llegar a tiempo, incluso negociaron costos en la cadena de producción y, en algunos casos, resignaron rentabilidad. Creen que las demoras se produjeron, en realidad, como consecuencia del cambio de Gobierno.