ENTREVISTAS

Como integrante del Movimiento San Martín, el diputado Gustavo Martínez Campos sostiene que “hay que tomar la decisión política” de trasladar la capital al Norte Grande. Un exmilitante de la JP chaqueña que piensa en la Argentina a 30 años.

Por Carolina Ramos

Gustavo Martínez Campos fue presidente de la Juventud Peronista de Chaco cuando el golpe de Estado del 76 sacudió a la Argentina. Cayó preso el mismo día que Carlos Kunkel, detenido en Corrientes. Una vez recuperada la democracia, se convirtió en ministro de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial de su provincia, hasta que el año pasado obtuvo su banca como diputado nacional.

Desde ese entonces, Martínez Campos viene impulsando el traslado de la Capital Federal a Santiago del Estero, proyecto que el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, adoptó como bandera.

Como integrante del Movimiento San Martín, el chaqueño pide pensar en una planificación estratégica de Argentina para 2045 desde una dimensión de integración continental. En una charla con Semanario Parlamentario, sostiene que semejante proyecto sólo requiere “tomar la decisión política”.

Además, comenta que respeta la decisión del gobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff de desdoblar las elecciones y asegura que Domínguez “tiene condiciones” para ser presidente, pero que “primero está el movimiento y después los candidatos”.

-Usted fue uno de los impulsores del proyecto de traslado de la capital a Santiago del Estero, que Julián Domínguez tomó como bandera…

- Nosotros a fines de noviembre, cuando vinimos a interiorizarnos del procedimiento para la jura y ver la distribución de oficinas, nos apersonamos ante Presidencia, donde tuvimos una charla más distendida con el doctor (Miguel) Recalde. Entre otros proyectos, le manifestamos algunos que eran de especial interés para el Norte Grande, y que queríamos lograr en este período parlamentario la resolución, por parte de la Cámara de Diputados, para trasladar allí la capital. Nosotros veníamos integrando el “Movimiento Federal Néstor Kirchner” con diputados de Chaco, Formosa, Corrientes, Misiones, Santa Fe y algunos de Buenos Aires. Hace dos años venimos debatiendo acerca de materializar la idea de trasladar la capital al Norte del país por una cuestión geopolítica: todos los países con gran desarrollo no tienen sus capitales en los puertos, sino en el corazón, y donde no ha sido así se ha tomado la decisión política de trasladar la capital, como en Brasil. Hoy Argentina debe ocupar un rol importante por la riqueza de su geografía, sus recursos naturales no explotados, fundamentalmente en minerales y la superficie para la producción agrícola-ganadera. Desde el año 1500, 1600, ese Norte fue el centro del desarrollo, con la influencia de la cultura incaica. Pero se paralizó con la política de desarrollo portuario. Esa fue la gran deuda histórica que empezó a pagar Néstor Kirchner con la inversión en grandes obras públicas en Formosa, Misiones y Chaco. Pero todavía falta. Tenemos que desarrollar una planificación que encare el proyecto de Juan Domingo Perón de 1944. Tenemos que pensar en proyectos estratégicos de integración de las economías regionales.

-¿En eso se basa el trabajo del Movimiento San Martín?

- Hay que pensar en una planificación estratégica de Argentina para 2045. Por eso estamos trabajando, dentro del Movimiento San Martín, para un proyecto nacional que garantice la continuidad en 2015 del proyecto nacido en el 45 y reiniciado por Néstor en 2003. Un proyecto nacional que garantice la vigencia de las banderas históricas del justicialismo, pero con una dimensión de integración continental. Para eso tenemos que reactivar la Unasur, darle institucionalidad con el Parlatino y el Parlasur. El Mercosur es una herramienta de negocios y de intercambio importante, y el Parlatino es una herramienta política, cultural, de integración y organización de Sudamérica, la Patria Grande. Con convenios bilaterales o multilaterales, tenemos que abordar esta política argentina para América y para el mundo.

-Pero teniendo en cuenta la coyuntura económica, el nivel de inflación, la disputa con los fondos buitre, y además que este Gobierno ya culmina su mandato, entre otras cosas, ¿cree qué es el momento para plantear todo esto?

- Yo creo que el proceso tiene que ser gradual. Hay que tomar la decisión política y planificar el desarrollo. Brasil en ese momento tenía una altísima tasa de desocupación que rondaba el 35 por ciento. Sin embargo hay una devaluación del cruceiro sin precedentes, o sea que el guaraní, el peso argentino tenían mucho más valor que el cruceiro. Sin embargo, se produjo una decisión política y se desarrolló todo un plan de traslado de la capital. Esto tiene que ser un proceso de planificación. No hay que pensar en el gasto, sino en la inversión, y fundamentalmente en la inversión política. (Raúl) Alfonsín quizá no haya tenido el acompañamiento, pero ya veía el problema, aunque no veía la solución, que está en el Norte. La Argentina dio el primer grito de libertad en 1810: siempre vanguardizamos un proceso de independización. Yo creo que Argentina debe dar el paso para estar más cerca de su lugar natural en esa Patria Grande.

-Cambiando de tema, Chaco fue una de las provincias que decidió desdoblar las próximas elecciones, ¿qué opina?

- Nosotros respetamos la decisión del gobernador y vamos a adecuar nuestros tiempos a participar para que el Frente para la Victoria lleve los mejores hombres a la Primer Magistratura provincial, y tratar de hacer nuestro aporte al proyecto nacional que hoy conduce nuestra presidenta.

-¿Usted promueve la candidatura de Julián Domínguez?

- Yo no promuevo la candidatura, sino el proyecto. Julián todavía no quiere que se hable de candidaturas y esto lo hemos hablado. Él quiere que se hable del proyecto nacional que está reconstruyendo y reactualizando el Movimiento San Martín. Es decir, primero el movimiento, primero la Patria, y después los candidatos. Creo que nunca hay que poner el carro delante del caballo. Hay que definir el proyecto y elegir los hombres. Pero sí considero que Julián es un hombre transparente, honesto, que realmente representa y expresa la conducta del militante de esta revolución que nació en el 43 y se cristalizó en el 45, y que queremos que llegue a los 100 años en 2045. Pienso que Julián (Domínguez) tiene condiciones para ser candidato.